Escévola o Scévola fue un héroe en la guerra que sostuvo el pueblo romano contra el rey etrusco Lars Porsena, quien, aliado con Tarquino el Soberbio, pretendía restablecer a este último en el trono de Roma.
Cayo Mucio, ante el terrible panorama de una derrota que el continuo asedio de los etruscos hacía temer, decide por cuenta propia infiltrarse en el campamento enemigo y asesinar a su rey. Para evitar ser confundido con un desertor, pone al Senado al tanto de su decisión. Con el consentimiento, pues, de los padres conscriptos, cruza el Tíber y vestido a los usos de Etruria logra ingresar por la noche en la tienda de campaña de Porsena. Pero temiendo que si no se daba prisa podría ser descubierto antes de llevar a cabo sus designios, se abalanza apresuradamente sobre la persona que por su atavío confundió con el rey y lo hiere de muerte.
Rodeado al instante por los soldados de la guardia real, que, por orden de Porsena enarbolan antorchas y amenazan con someterlo al fuego si no responde quién es, por dónde llegó y cuántos se hallaban con él. Ante lo cual, Cayo Mucio, castigándose a sí mismo y demostrando absoluta entereza ante sus captores a la vez, introduce su mano derecha -aquella misma diestra que había clavado la espada en la persona errada- en un brasero que tenía a su lado, y a la par que el fuego consume velozmente su carne, entre el terrible sonido y vaho de la combustión, exclama con total impasibilidad: "Poca cosa es el cuerpo, para quien sólo aspira a la gloria" (Tito Livio, Décadas).
Porsena, admirado por el supremo coraje y valor del joven, decide perdonarle la vida; por lo que Cayo Mucio se muestra agradecido y decide confesarle al rey lo que por la fuerza no hubiese podido arrancarle, es decir, que docenas de jóvenes habían prestado juramento de acabar con el rey o sucumbir en el intento y que ahora mismo, algunos se hallaban rodeando el campamento. Dando crédito a esta invención del romano, y temiendo que se tratase de todos jóvenes tan valerosos como él, decide Porsena retirar sus tropas y poner fin a la guerra.
Con todo esto, y por quedar su mano derecha inutilizable, Cayo Mucio se ganó el apodo de Scevola, que en latín significa zurdo.
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