Durante la Segunda Guerra Mundial, al estabilizarse el frente ruso en el río Wolchow y el lago Ilmen, a la División 250, la División Azul española, le correspondió desplegar en la ciudad y pueblos adyacentes de Novgorod. Al Batallón de Zapadores se le ordenó establecer su Puesto de Mando dentro del Kremlin de Novgorod, que era una especie de fortaleza o reducto en cuyo interior existía una magnífica iglesia catedral con cinco cúpulas de bulbo rematadas con sendas cruces. La cúpula central de cobre dorado y las cinco cruces, también doradas, reflejaban la luz del sol como ascuas desde las alturas, iluminando el cielo con su resplandor.
El 4 de julio de 1942, dia del Corpus Cristi, el comandante D. Alfredo Bellod Gómez, jefe del Batallón de Zapadores, convocó a sus oficiales a una reunión en la Plana Mayor del batallón, situada en un edificio a unos veinticinco o treinta metros de la iglesia. Entre los convocados se encontraba el entonces capitán Aramburu Topete. En ese momento la artillería soviética, y más concretamente uno de sus cañones de 20,3 de gran precisión, comenzó a disparar sobre la catedral. Los dos primeros disparos cayeron dentro del recinto del Kremlin, cerca de la catedral. El tercer disparo impactó en la catedral, y a partir de ese momento todos los disparos restantes la alcanzaron de lleno.
El intenso bombardeo a que fue sometida destruyó la iglesia hundiendo dos de sus cúpulas, la central y una de las laterales, y destrozando gravemente las otras tres, lo que provocó la caída de dos cruces y el deterioro de las restantes.
La Cruz recogida en Novgorod fue reconstruída por el Batallón de Zapadores 250 y custodiada en la unidad durante el resto del año 1942. No obstante, el Batallón de Zapadores decidió entregarla a la Academia de Ingenieros, puesto que "los que supieron respetarla y defenderla, quieren ahora conservarla y elevarla de nuevo como símbolo y guía de las futuras generaciones de Oficiales", según escribió el comandante Bellod al coronel D. Luis Troncoso Sagredo, jefe de la Academia de Ingenieros de Burgos.
La Cruz de Nodgorod fue recogida por los soldados españoles, reconstruída y conservada en su batallón como un símbolo de su religiosidad. Su deseo fué conservarla, y para ello eligieron como lugar de destino la capilla de la Academia del Arma de Ingenieros.
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Tras haber sido informadas de la existencia de la cruz por diferentes fuentes españolas, las autoridades rusas notificaron en el año 2002 a sus homólogas españolas su interés en la restitución de la cruz. A este interés se sumaron también la Iglesia Cristiano-Ortodoxa Rusa y diversas sociedades rusas para la Protección de Monumentos e Historia, quienes alegaban el valor histórico, cultural y espiritual de la cruz.
Los contactos entre las autoridades de ambos países duraron hasta el verano del 2004, momento en que las autoridades españolas ordenaron el traslado de la Cruz a Rusia.
La entrega de la Cruz de Novgorod a las autoridades civiles y eclesiásicas rusas se realizó el 16 de noviembre de 2004, en una fría y gris mañana de finales de otoño, en la iglesia Catedral de Cristo Salvador de Moscú, engalanada para la ocasión. Presidía el acto el Patriarca de Moscú y de todas las Iglesias ortodoxas rusas Alexis II, acompañado por los Ministros de Defensa de ambos países (señores Boño e Ivanov), y el general director de la Academia de Ingenieros, Excmo. Sr. D. Juan Mariano Estaún Solanilla. Asistieron todos los "popes" de las iglesias rusas y de numerosos religiosos, civiles, militares y medios de comunicación.
El 12 de julio de 2005 el ministro de Defensa ruso, Sr. Ivanov, se desplazó a la Academia de Ingenieros en Hoyo de Manzanares para hacer entrega a su Director, Excmo. Sr. D. Mariano Estaún Solanilla, una réplica de la Cruz de Novgorod.
La réplica de la Cruz de Novgorod se encontraba colgada y expuesta en la pared del fondo de la capilla, en el mismo lugar donde se expuso la cruz original durante tantos años. Tras los discursos de los ministros Ivanov y Bono, y del general Director, se firmó el acta de entrega y se descubrió una placa metálica conmemorativa del acto. A continuación las autoridades abandonaron la capilla en dirección al Salón Noble de la Academia, donde ofrecieron una rueda de prensa. Tras firmar el Libro de Honor de la Academia, se sirvió un almuerzo.
Desde entonces, la Cruz de Novgorod vuelve a presidir la vida religiosa y espiritual de los miembros del Arma de Ingenieros, esta vez con el reconocimiento y agradecimiento del pueblo ruso.
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